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Indeportes Antioquia 50 años (43): en este episodio… entrenadores o técnicos que dejaron huella, segunda parte

Hoy presentamos la entrega número 43 de esta serie, correspondiente a la segunda parte del capítulo 18 del libro Indeportes Antioquia 50 años, editado en 2019.

En este capítulo, seguimos hablando de los entrenadores o técnicos que, con su experiencia, conocimientos, sentido de responsabilidad y dedicación han formado a muchos de los atletas, incluyendo a las grandes figuras del deporte que, por nuestro departamento, han representado o representan al país.

Iván Vargas y sus 150 medallas mundiales, en patinaje

Iván Alejandro Vargas Lopera nació en Medellín. Creció en el barrio Boston y a sus 15 años sus padres, Iván de Jesús Vargas Calderón y María Jenny Lopera Quiceno, decidieron radicarse en Envigado, lugar que se convirtió en el epicentro de todo para este amante del patinaje y la odontología.

De esos primeros años en los que aprovechaba los andenes de su barrio para jugar con patines, Iván Alejandro pasó a entrenar en la pista del barrio La Paz de Envigado, donde se formó como patinador.

Una de las condiciones de sus padres era que debía terminar sus estudios. Fiel a ese pedido combinó los entrenamientos con la academia. Su otra pasión es la odontología y al terminar su bachillerato en el Liceo Francisco Restrepo Molina insistió durante 6 semestres hasta lograr su ingreso a la Universidad de Antioquia, de la cual se graduó en 1999. Antes de su ingreso a odontología, cursó cinco semestres de Tecnología en instrumentación industrial en el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, pues su padre insistió en que debía estudiar.

Iván Alejandro mantiene sus entrenamientos de patinaje en las noches. Con gracia recuerda como al principio, los vecinos de la pista de La Paz llamaban a la Policía, porque no conocían a ese “loquito” que llegaba casi a medianoche a entrenar. “Tenía jornadas muy largas. Estudiaba. Luego llegaba a mi casa a hacer los trabajos. Dormía una hora y salía tipo 9:00 o 10:00 p.m. a entrenar, para cumplir con la rutina que me dejaba mi entrenador, en ese entonces”, rememora este formador de campeones mundiales como Pedro Armando Causil, Fabriana Arias, Daniel Zapata, Laura Gómez, Carlos Iván Franco, Jaime Uribe y Juan Pablo Arango, entre otros.

Mientras adelantaba sus estudios de odontología continuó con el patinaje. En 1992 corrió su primer Mundial en Roma, Italia, como deportista y luego participó en los de Francia, 94, y Australia, 95.

Ese año se fundó el club Paen y junto a la patinadora Viviana Calle dio sus primeros pasos como entrenador. Fueron dos años de trabajo sin remuneración que le sirvieron para iniciar el camino que lo llevaría a convertirse en seleccionador nacional.

Ejerció su profesión durante una década, en su propio consultorio, pues la vivencia en el año rural en San Cristóbal, le produjo enorme tristeza por el poco tiempo que le daban para atender a cada paciente. Por eso decidió tener su propio consultorio. En paralelo con la odontología se consolidó como entrenador, y aunque su profesión le encanta, llegó el momento en el que tuvo que decidirse por una sola ocupación, ya que los viajes, las concentraciones y los entrenamientos no le dejan tiempo disponible para más actividades.

La Selección Colombia

Su vocación lo impulsó a realizar acciones inusuales. En 2006 envió una carta a la Federación solicitando permiso para pasar una semana en la concentración de la Selección Colombia para observar el trabajo de Libardo García y Elías del Valle. Recibió ese aval y estuvo ese tiempo con ellos; dormía en el suelo, en una cama improvisada con sábanas y almohadas entre las camas de los entrenadores. Ahorró y con sus propios recursos viajó al Mundial de Corea, donde tuvo acceso a la zona técnica, siempre atento a todo lo que hacían los entrenadores durante la competencia.

Al año siguiente, Elías del Valle salió de la Selección por motivos personales. Libardo García dio buenas referencias sobre su labor y se produjo su ingreso al cuerpo técnico del combinado patrio de patinaje. Recuerda que su designación causó alguna resistencia y admite que fue una bendición de Dios, porque llegó a ese cargo a pesar de haber una lista de entrenadores con más experiencia.

En 2007, cuando Carlos Orlando Ferreira era presidente de la Federación, empezó su carrera como entrenador nacional de patinaje, asignado al grupo de velocidad. “Una emoción enorme y mucho susto, porque era una responsabilidad muy grande. Ese año en el selectivo salieron muchos corredores con los hematocritos altos, eran como 14 y de ellos varios de la Selección, convirtiéndose en bajas sensibles para el equipo. Además, Diego Rosero, una de las figuras, se enfermó y no corrió el Mundial. Superamos muchos obstáculos y ganamos el evento que se realizó en Cali”, recuerda emocionado.

Desde el 2007 hasta la fecha (2019) solo ha perdido un Mundial: fue en China en 2009; desde entonces han sido diez años consecutivos como reyes del patinaje orbital. 150 medallas de oro que resalta con orgullo, el mismo que siente al reconocer que, tras 15 años, logró con Antioquia el título de los Juegos Nacionales (2015) y el Nacional Interligas con el Departamento después de 16 años, logro que obtuvo en 2018, en Bogotá.

Iván Alejandro muestra triunfos en todo el proceso. La prueba está en los títulos en Juegos Departamentales, Nacionales, Mundiales, Juegos Bolivarianos, Centroamericanos, Panamericanos, Suramericanos, Juegos Mundiales y en los Juegos Olímpicos de invierno con Pedro Causil y Laura Gómez, quienes son los primeros paisas en alcanzar este objetivo.

Los patines son su pasión y por eso sigue trabajando en Paen y en las selecciones Antioquia y Colombia formando campeones para el mundo.

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Realización: Oficina de Comunicaciones de Indeportes Antioquia.
Autora del texto original: Luz Elida Molina Marín, comunicadora social.
Adaptación de textos para radio y locución: Juan B. Estrada Mosquera.
Año: 2020 @copyright.

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